Entrevista a Julio Anguita:
Esther Esteban, El Mundo
Aunque oficialmente está jubilado, en su presencia una tiene la sensación de estar ante un líder político en plena actividad. Tal vez porque acaba de anunciar, para sorpresa de muchos, que apoya a Marga Sanz, la candidata alternativa a Llamazares, como cartel electoral de IU. O tal vez porque tiene conformada una opinión clara y precisa de todo lo que se cuece en la política española. Sea como fuere, Julio Anguita admite que ha cambiado de trinchera, pero no de lucha, y que sigue en plena actividad política, «aunque en el campo ideológico».
La entrevista se celebra en Córdoba -la ciudad donde vive y la que le convirtió en el primer alcalde comunista de una capital tras la Guerra Civil- donde se puede decir que él sigue siendo profeta en su tierra. Si de muestra vale un botón, y para dar fe de su popularidad, en el corto recorrido -de cinco minutos- entre la sede de IU y la plaza donde se realizan las fotos se le acercó media docena de personas, con una idea común: «Julio, vuelve, que la izquierda te necesita». El, ante los comentarios, sonríe, saluda pacientemente a algunos de ellos y les habla de forma coloquial, clara y directa, dando a entender que las personas son prescindibles, pero las ideas no.
Ya metidos en harina, mantiene un discurso firme, claro y didáctico en las formas, pero absolutamente implacable en el fondo, sin ninguna concesión a la galería. Dice sin pelos en la lengua que IU ha cometido un error combatiendo contra el PP y haciendo seguidismo del PSOE. Afirma que Zapatero es un producto de marketing, que la sentencia del 11-M ha dejado al descubierto la gangrena que corroe los aparatos policiales y que lo que ocurre en el Constitucional es deprimente, barriobajero e indecente. Y reivindica la III República. Es un volcán en erupción, genio y figura.
PREGUNTA.- Ha roto su silencio para apoyar a Marga Sanz como alternativa a Llamazares, ¿tan mal andan las cosas en IU? Porque yo le creía jubilado…
RESPUESTA.- No me he jubilado de la actividad política. Cambié de trinchera, pero no de guerra. He renunciado a ocupar puestos de dirección que conlleven actividad diaria y a ostentar cargos públicos. Apoyo la trayectoria, soportes y propuestas de la compañera Marga Sanz.
P.- Hay cantos de sirena que le piden volver a la primera línea para relanzar IU.
R.- Hay intentos de incluirme en alguna que otra lista en puestos de salida; me he negado. Mi tiempo ya pasó y no sólo por edad, sino porque, a mi juicio, IU ha tomado una deriva que no comparto. Creo que si IU se clarifica, refunda o reorganiza en torno a un proyecto que ilusione -sin ilusionismo- muchos de los hombres y mujeres de los distintos niveles de dirección y/o que ejercen cargos públicos deberían pasar a una segunda fila y allí entregar su experiencia y conocimientos. Renovar o reestructurar un proyecto significa, además, renovar las personas.
P.- ¿Y cuáles deben ser sus alianzas? Porque a este paso se convierten en extraparlamentarios…
R.- IU debe ser soberana e independiente de las demás fuerzas políticas y de las centrales sindicales. Tenemos un programa y en torno a él podemos negociar con todo el mundo, evitando caer en la simplificación de que hay que combatir a la derecha y señalar como tal derecha sólo al PP, cuando el PSOE practica también políticas de derecha y hacemos seguidismo de ello. Centrar la actividad política de IU en el combate contra el PP es un error.
P.- La gran acusación que se hace a Llamazares es que hace seguidismo del PSOE, y éste acabará engulléndoles. ¿Es así?
R.- El nacimiento de IU perturbó al sistema, le inquietó. El PSOE fue la fuerza política que se sintió más amenazada, por lo que se defendió procurando tener a su izquierda a una fuerza domesticada, que fuera la caja B de votos, para que IU se los diese cuando les faltasen para gobernar. La invención de la pinza o el combate contra la derecha, focalizado exclusivamente en las siglas PP, definía un terreno de juego para dos protagonistas únicos en el que IU hacía el papel de fiel infantería. Sólo desde la independencia más absoluta podremos apoyar puntualmente aquellos proyectos que sean coincidentes con nuestra línea. No caben complejos. Reivindico en 2007, si no la palabra sorpasso, si sus contenidos. Una fuerza que no aspire a ser mayoritaria en su espectro ha renunciado a su propuesta.
P.- ¿IU ha renunciado a existir?
R.- Hemos renunciado a existir como proyecto independiente. Y no vale con imputar la responsabilidad exclusiva al compañero Llamazares; sería demasiado fácil. El problema de IU nació con ella misma. Con la idea de construir la alternativa comenzó a coexistir otra que devino en varias denominaciones. Tanto Nueva Izquierda como el giro de CCOO la explicitaron con claridad. La instalación en la casa común de tantos y tantas defensores de una IU «democrática y plural» es el resumen magistral de la memoria actualizada.
P.- ¿Y eso ocurre, el PSOE tiene a IU como segunda marca a cambio de poder en las instituciones?
R.- Ocurre. Al PSOE no le interesa la desaparición de IU, prefiere tener un pequeño reducto fiel con el que a través de la consigna de Todos contra el PP va a tener más fácil la gobernabilidad. IU se engañará si no reacciona viendo que pierde votos, diputados o concejales, pero consigue con apoyos algunos gobiernos en ayuntamientos. Nuestra fuerza como proyecto de izquierda reside en la capacidad de inserción social. Las instituciones vendrán después para aplicar lo que previamente ha ganado la batalla social.
P.- Si gana Rajoy, ¿qué debe hacer IU?
R.- Tanto si gana uno como el otro, IU debe aprovechar el tiempo y la coyuntura para clarificarse, reorganizarse y cambiar el eje de su estrategia. Lo que se debate en IU es si nos constituimos en constructores de la alternativa o emulamos pobremente el proceso Achille Ochetto-El Olivo-Partido Demócrata con algún aderezo nacionalista.
P.- Pues para hacer políticas similares, PP y PSOE han protagonizado la peor legislatura de la democracia, en términos de crispación…
R.- El PP no ha sabido encajar la derrota de 2004, como tampoco el PSOE supo normalizar su inesperada victoria. Ambas fuerzas pugnan por ocupar en solitario el centro, pero desde los mismos supuestos en política económica y fiscal, laboral, europea e institucional. Ambas pactaron la Ley de Partidos y ambas han incurrido en las mismas contradicciones con las reformas estatutarias, dependiendo del sitio en que gobernasen. En la cuestión de las banderas o del patriotismo no hay más diferencias que el tono trabucaire del PP y la finesse del PSOE.
P.- ¿Qué le ha parecido la sentencia del 11-M? Se han desmontado algunos tabúes, como la participación de ETA o la influencia de Irak.
R.- Acojo con prudente satisfacción la sentencia. Sin embargo, el juicio ha puesto en evidencia los fallos, irregularidades y desviaciones que gangrenan una parte de los altos cargos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
P.- Perdone mi indiscreción, pero ¿qué siente una persona como usted, que perdió un hijo en la Guerra de Irak, cuando oye lo que se ha dicho sobre la relación entre esa guerra y el 11-M?
R.- El dolor personal, que ahí está.
P.- ¿Y la lectura política?
R.- Mi hijo era periodista y estaba allí porque lo había elegido. Fue a esa guerra como podía haber ido a otra. Fue a esto como van los militares. Tengo un hermano teniente coronel que estuvo cuatro meses y medio en Afganistán, es un soldado y está donde su Gobierno le manda.
P.- ¿Hace un paralelismo entre Irak y Afganistán?
R.- Lo de Irak fue y es un crimen. Lo de Afganistán ha tenido una especie de cobertura de la ONU, y mientras tengan esa cobertura cubren formalmente el expediente. Particularmente, no sé lo que pintamos allí.
P.- El error de Zapatero es no haber sacado adelante sus dos grandes apuestas: el proceso de paz y la cuestión territorial.
R.- Zapatero improvisa demasiado. Es un producto del marketing, un experto en sacarse conejos de la chistera. Creo que hace política de titulares. Se comprometió a respetar lo que decidiera el Parlamento de Cataluña y después se obligó a muñir con Artur Mas a espaldas de Maragall. Las reformas estatutarias debían haber sido precedidas de la reforma constitucional; ha empezado la casa por el tejado.
En cuanto a la negociación con ETA, que me pareció bien en principio, ha adolecido de traspasar los límites que el Pacto de Ajuria Enea de 1988 fijaba acerca de las cuestiones a tratar según quienes fueran los interlocutores. También aquí ha confiado demasiado en su buena estrella y en el soporte mediático.
P.- ¿Sería usted partidario de negociar con ETA tras las elecciones?
R.- Escribí en su momento que la última tregua de ETA o era la definitiva o no valían repeticiones. No se puede defender el derecho de autodeterminación y simultáneamente decir que se conseguirá la independencia a través de la violencia. ¿Se escucha al pueblo vasco o no? ETA es una cuestión de policías y jueces.
P.- ¿Cree que el referéndum que plantea el lehendakari es ilegal?
R.- En España, el referéndum exige unas condiciones que el Gobierno no está dispuesto a poner en marcha; por tanto no es legal. Sin embargo, los estatutos de Cataluña y Andalucía contemplan la consulta popular como mecanismo democrático de participación y decisión en su caso. ¿Por qué no hacerlo en Euskadi? Tarde o temprano se hará. Lo que ocurre es que cuanto más se tarde, peor lo vamos a tener los partidarios de la unidad del Estado. Es una simple cuestión de democracia y de confianza en el sentido común de los pueblos. En todo caso, conviene saber que el lehendakari no ha propuesto la secesión, sino otro tipo de asociación en el Estado español.
P.- Pero la voluntad del pueblo español reside en las Cortes Generales y la Constitución no reconoce el derecho de autodeterminación…
R.- El derecho de libre determinación y toda su gama de aplicaciones está contemplado en los documentos de la ONU que el Reino de España hizo suyos en 1977. Por el artículo 10 de la Constitución, el citado derecho podría ponerse en marcha en todos los casos que no impliquen separatismo. La Constitución es legal, pero está varada, agujereada.
P.- ¿A usted le han salido sarpullidos con la beatificación de los sacerdotes asesinados en la Guerra Civil?
R.- Me son indiferentes las beatificaciones y las canonizaciones. La Iglesia es una organización similar a un partido, aunque, en este caso, su máxima autoridad reside en un estado distinto al español: el Vaticano. Lo que me parece indignante y ridículo es que a esa ceremonia asista el Gobierno como tal. ¿Para cuándo la efectiva separación entre las iglesias y el Estado?
P.- ¿Y le parece bien cómo ha quedado la Ley de Memoria Histórica?
R.- No, debían haberse declarados nulos y sin fundamento tanto los tribunales como las sentencias que dictaron. La Transición fue como fue y se pagó el peaje que se pagó. Lo que ocurre es que las aguas siempre vuelven a su cauce. Y no es un problema de memoria -que también- sino de justicia histórica.
P.- Algunos creen que el levantamiento de fosas debe incluir Paracuellos, y si eso se hace, Carrillo podría ser imputado por genocidio…
R.- El paralelismo entre Paracuellos y Carrillo está sólo en su pregunta. Si se pone en marcha cualquier investigación o proceso para depurar responsabilidades en aquellos hechos, hágase. No creo que nadie tenga inconveniente. En estos casos y para ulteriores averiguaciones y procesos, sería conveniente como metodología establecer tres ámbitos temporales para secuenciar los crímenes: la sedición militar del 18 de julio, la Guerra Civil y las actuaciones del Estado franquista.
P.- Otro tema polémico es la Ley de Banderas. ¿Se debe cumplir o no? Los alcaldes nacionalistas y algunos socialistas se niegan a hacerlo…
R.- La ley está para ser cumplida por todo el mundo; sobre todo por aquellos que pertenecen a fuerzas políticas que defienden la intangibilidad de la Constitución.
P.- Hablando de república. ¿Cree que hay un debate serio entre monarquía y república en nuestro país?
R.- De serio nada. No se puede estar todo el día recordando la II República. Los republicanos debemos reconocernos en algunas cosas de la primera y en bastantes de la segunda, pero ya está; debemos pensar y actuar para traer la tercera. Cuando hablo de la república siempre tengo la mente puesta en la próxima, la del siglo XXI. Mientras el republicanismo consuma casi todas sus energías en tremolar la tricolor y hacer acopios de nostalgias, nunca veremos la república.
P.- ¿Qué importancia le da usted a la quema de imágenes del Rey?
R.- Ni la penalizaría, ni gastaría mucha tinta en analizar esas acciones. Forman parte de la pólvora que se gasta en salvas. Soy partidario de que los miembros de la Familia Real se exilien o vivan en España como ciudadanos normales y de que acabe la Monarquía, pero no gasto la pólvora en salvas.
P.- ¿La ministra de Fomento debería haber dimitido por el bochorno del AVE?
R.- Por supuesto. En política sabemos que el verbo dimitir es inherente a la condición de político o política, y ella por decoro, dignidad y autoestima debiera haberlo hecho
2 comentaris:
buena frase final...
Pau!!! jejeje, soy david ;)
como que es mentiraa!!! sera que lo has hecho mal, jajajjaa, a mi me sale perfectamenteee :P
Pues eso, que espero que todo te vaya mu bienn!!!
dew!
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